"Licenciado Cantinas" empieza con una guitarra solitaria, un poco cansada, los años le han carcomido un poco la madera pero lista y siempre dispuesta para rendirse en los dedos del maestro Bunbury. Se escucha entonces la primera canción "El Mar, el Cielo y Tú" del mexicano Agustín Lara la cual deja una expectativa de saber lo que se aproxima en lo que resta del álbum.
Enrique Ortiz no se pierde, el sabe qué música mueve sus entrañas y este álbum demuestra que el se conoce. El repertorio es de aquel que te mueve a no querer escucharlo sobrio, ese que quieres escuchar al momento del despecho, la soledad y la amargura. "Ódiame" es el primer sencillo de este disco y es una gran producción, sin embargo la voz de Rafael Otero sigue siendo difícil de superar en cuanto al sentimiento inducido en la melodía, según comentan algunos que vivieron para escucharlo mientras vivía.
A mi parecer las canciones que mayor importancia le dan al disco son "Ódiame", "El Solitario" (al ritmo de la música tradicional colombiana) y "Llévame". El álbum está para la expectativa y nos dice que aquel loco y borracho joven roquero se nos ha transformado en un músico maduro, que sabe dónde esta parado y que está por convertirse en un erudito de la vida. Esperemos que su próximo material nos presente música inédita para exponernos en lo que él mismo se ha convertido.
Escrito por: Julio Raudales Flores
No hay comentarios:
Publicar un comentario